lunes, 4 de febrero de 2008

honestidad


Hace muy poco, nos quedamos de encontrar en el centro con una amiga. Apenas nos vimos, ella se miró (venía directo de terreno) y me dijo: "Estoy hecha un desastre; no alcancé a cambiarme". Yo también la quedé mirando, pensando en que efectivamente lo estaba, pero me reí y le respondí que no, y que todos iban a pensar que era una extranjera un poco excéntrica.


Cuando pienso en la honestidad, en ese gran valor de nuestra sociedad, no puedo dejar de pensar en esa escena. Desde pequeñas nos socializan con que hay que ser honestas, hablar con la verdad. Y coherente con ello, hay personas que andan "de honestas por la vida". ¿Por qué esas personas, que son representantes de este valor universal, no son habitualmente tan queridas ni admiradas? ¿Por qué son incluso bastantes temidas a veces?


La explicación tiene que ver con una distinción que le escuché por primera vez a mi padre: que la honestidad no es un mono valor. O sea, en cada uno de nuestros actos o interacciones están mezclados un sinnúmero de intenciones y valores.


Cuando yo tranquilizo a mi amiga, diciéndole que no está hecha un desastre, en rigor estoy mintiendo, estoy siendo deshonesta. Pero a la vez, estoy siendo profundamente honesta con mi cariño hacia ella, con querer que se sienta bien porque a esa hora (a las 10:00 de la noche) no había cómo solucionar la situación. ¿Qué hubiese pasado si hubiera sido puramente sincera? Probablemente la hubiera insegurizado y, o no vamos o ella entra sintiéndose totalmente inadecuada.¿Cuántas personas que andan de "francas por la vida" se permiten ser ofensivas avaladas por la honestidad? Porque así podemos ser honestamente irónicos, honestamente agresivos, honestamente amorosos, honestamente compasivos, honestamente tiernos y así sucesivamente.

La honestidad, sin duda, es un valor central, pero siempre tenemos que hacernos cargo de que ésta va de la mano con otros valores o intenciones, como el amor, el respeto o la descalificación. Sólo después de comprender esto podremos ser absolutamente coherentes con lo que le queremos transmitir al otro.

1 comentario:

Laura dijo...

la honestidad sin duda es un t�rmino indefinido...
lo has dejado claro.. es muy difuso...

Me has convencido
:-)

laura